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Productor musical: ¿qué hace y qué funciones tiene?

Muchos han oído hablar del productor musical como una figura omnipresente a la que nadie, más allá del círculo profesional de la industria musical, puede darle una forma del todo definida. Lo que no saben es que su trabajo es verdaderamente crucial, no solo para el resultado final de las canciones, sino para construir el sonido característico y diferenciador de cada artista. 

¿Qué hace un productor musical?

El productor musical es casi igual de importante que el intérprete. Y aunque no sea reconocido por la mayoría por su nombre y apellido, su trabajo será el que marque el rumbo definitivo de una canción. De hecho, en el momento en que el productor coge el timón del proyecto, es el responsable de tomar todas las decisiones importantes y tiene potestad para recortar, reorganizar , alargar y en definitiva modificar las canciones a su gusto para lograr el resultado deseado. Si el artista no está de acuerdo, es libre de abandonar el proyecto… pero quien manda en el estudio es el productor, y para eso se le contrata.

Para que nos entendamos: el productor musical es aquel que, desde un estudio y mediante el uso de herramientas especializadas, se encarga de materializar lo abstracto de una composición. De bajar a la tierra las ideas más locas y atrevidas de un compositor, y de hacer que suene como éste ha soñado. No parece fácil, ¿verdad?

Coherencia musical

Para un artista que no produce, es muy complicado encontrar un productor que entienda su movida hasta saber llevarla a este punto. De hecho, es muy habitual que repitan con el mismo una y otra vez si han funcionado bien como equipo y están satisfechos con el resultado, como pasa con Ricky Falkner, Santos y Fluren en el caso de Love of Lesbian cuyo idilio ya lleva décadas. Y aunque cada vez sea más común la disparidad de sonidos en un mismo trabajo, no es raro que un disco esté producido de principio a fin por un solo productor, con tal de darle una coherencia sonora completa.

Lo cierto es que las canciones actuales tienen un fuerte componente de producción que quizás no tenía tanto valor hace unos años, y es que el papel de los productores está cogiendo fuerza hasta el punto de tener su propio sello, su sonido particular, y su forma característica de contar las canciones.

De hecho, un buen productor es aquel experto en composiciones y gran conocedor de música de todas las épocas, géneros y estilos, que es capaz de proyectar su conocimiento a la hora de trabajar. Eso es lo que hará que los artistas o las discográficas se decanten por uno u otro.

¿En qué consiste el trabajo de productor musical?

Para hacernos una idea, hay que partir de la base de que su proceso creativo pasa por diferentes fases: desde la creación hasta la publicación de la canción. Como si se tratara de una metamorfosis.

– Preproducción. Para empezar, el productor procede a terminar de componer la canción, normalmente junto al artista o compositor, para definir todos los elementos que implica la pieza: la estructura, la forma, la letra, el tempo, la tonalidad, y el tempo, entre otras cosas. Así pues, la “maqueta” final de esta fase será solo el boceto del producto final; una buena base sobre la que experimentar y construir todo lo demás.

– Grabación o producción. Esta es la fase quizás más costosa y extendida en el tiempo, ya que implica la grabación de todas las voces e instrumentos. Llegados a este punto, el productor estará meticulosamente pendiente de que todo suene a la perfección, y de que el tempo y la afinación estén en su punto. Así pues, será esencial para que el resultado final sea impecable.

En esta etapa suele salir a la luz la vena más creativa, ya que, a raíz de escuchar las grabaciones repetidas veces, van surgiendo ideas y ganas de probar cosas distintas. Quizás por eso también requiere mucho más tiempo…

– Postproducción. Una vez hechas las grabaciones, llegan los dos últimos pasos:

  • Mezcla: El productor y el ingeniero de sonido en cuestión proceden a mezclar las grabaciones. Lo que parece tan simple, es quizás lo más complicado del proceso: implica cuadrarlo todo, agregar efectos si es necesario, ecualizar, y, en resumen, empastar todo de manera que suene según el género acordado o según el artista haya indicado.
  • Masterización: A grosso modo, en este paso se le busca un sonido general a la grabación, y se ajustan los detalles finales en cuanto a efectos, ganancia, o volumen.
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